De acuerdo a la Real Academia Española, el altruismo proviene del francés «altruisme» y designa la Diligencia en procurar el bien ajeno aún a costa del propio.
El término altruismo es contrario al egoísmo, y tiene relación directa con la empatía y con la conducta humana respecto de los demás. Una acción altruista está basada en no esperar nada a cambio, y menos una contraprestación económica realizando una acción que beneficie a los demás.
Hay muchas personas que deciden en su vida desarrollar acciones en bien de los demás, a través de dedicación de su tiempo a favor de otros o incluso realizando donaciones de tipo económico.
En la revista de mayo de MUY INTERESANTE, hay un artículo en sus páginas centrales que desarrolla un estudio bastante acertado y sesudo, a mi parecer, sobre la empatía. En él se habla también de este concepto tan imprescindible en la vida de los humanos como es el del altruismo. Se menciona un estudio de la Universidad de Michigan en la que se obtuvo un resultado sorprendente, en cuanto a la relación existente entre las acciones altruistas y la esperanza de vida, en él resultó que aquellas personas que no habían tenido experiencias altruistas en su vida tenían un 60 % más de posibilidades de morir antes que aquellos que si las habían tenido. Parece que este tipo de actividades hacen que el organismo segregue unas hormonas que suponen un alargamiento en la vida porque ofrecen fisiológicamente protecciones en algunos órganos básicos en los seres humanos.
El altruismo se contagia. Si en tu entorno hay alguna persona que realiza labores en favor de los demás la probabilidad de que haya otras personas que copien esa actitud se dispara de forma espectacular.
Por esto creo que debemos difundir este tipo de acciones o situaciones entre las personas que nos rodean, incluso fomentar en nuestros hijos/as, que relaten aquellas que hayan protagonizado. Y estas acciones pueden ser pequeñitas, no es necesario irse a Angola, o a La India, para protagonizar algo grande. Simplemente, un niño que ayuda a otro a hacer sus deberes, un adulto que ayuda a otro a recolectar la cosecha; en fin la historia de cada uno de nosotros puede estar plagada de hechos altruistas, que sin quererlo alargan nuestras vidas. Debemos ser ejemplo en esto para nuestros hijos/as, y fomentar el que ellos/as hagan lo mismo.
Digo yo, que si la corrupción está globalizada y se ha contagiado a todos los estamentos de la sociedad porque no algo como el altruismo pueda provocar también un contagio generalizado. Tengamos esperanza en que sea así.
Por mi parte, os diré que pasaré el mes de agosto, con mis dos hijos y cinco chicas más en Cuzco en un orfanato ayudando a una oenegé de esa ciudad a cuidar a los chicos y chicas que allí viven. Esto es lo que se llama hoy, viajes solidarios… Conocemos el país y ayudamos a los demás. Viviremos con peruanos, conviviendo en sus casas, de esta forma también repercutimos en ellos el beneficio de nuestra estancia. En fin, unas vacaciones originales y que espero que alguna familia de la zona pueda tomar ejemplo y se aventure a hacer lo mismo. Vivir en familia algo así es una de las experiencias más enriquecedoras que se puede ofrecer a nuestros/as hijos/as.
Si el altruismo da vida, compartirlo con las personas que quieres diez veces más. ¡Ánimo!.
José Luis Mellado Vergel
Socio-gerente de León y Vergel Asesores S.L.